jueves, 11 de abril de 2013

CONDENAN A 15 AÑOS A LA ARQUITECTA QUE QUEMO A SU ESPOSO PARA MATARLO

Pudo contarlo. Marcelo Brun se quemó el 60 por ciento del cuerpo. Su mujer Virginia Navarro está presa.
Por Walter Gasparetti / La Capital

Una arquitecta de Cañada de Gómez acusada de intentar matar a su esposo al provocarle quemaduras en el 60 por ciento de su cuerpo fue condenada a 15 años de prisión. La sentencia, que acaba de ser apelada por los familiares de la profesional, coincidió con lo solicitado por la fiscalía y fue firmada por el juez de Sentencia Ismael Manfrín, que consideró a la mujer responsable del delito de homicidio doblemente calificado por el vínculo y con alevosía en grado de tentativa.
Para el magistrado no cabe la menor dura de que Virginia Navarro "ideó, tomó la decisión, la ejecutó de manera consciente y desplegó sus facultades para decidir el cómo y el cuándo del acto, preparando el terreno adecuado a la finalidad homicida".
El caso, ocurrido durante el mediodía del 30 de mayo de 2011 en la vivienda que ocupaba el matrimonio, en pleno centro de Cañada de Gómez, tuvo como víctima al ingeniero agrónomo Marcelo Brun. Y tuvo gran repercusión porque contrastó con la mayoría de los incidentes de violencia de género cuyas víctimas son mujeres.
Cuando era casi la una de la tarde, la arquitecta solicitó a su esposo que la ayudara con la limpieza de un pequeño depósito de la vivienda, y tras hacerlo ingresar lo encerró con llave y con un pasador externo, para luego provocar desde el exterior un foco ígneo a través del ventiluz. Ese fuego le provocó al hombre quemaduras en el 60 por ciento del cuerpo.
Pero el plan ideado con antelación por Navarro tuvo un capítulo inesperado. Las explosiones en el cuarto alertaron a los vecinos del barrio. Fue Gastón Bisconti, cuya casa es lindera a la de Brun, quien al escuchar los gritos de la víctima saltó el tapial y trató de rescatar al ingeniero del encierro (ver aparte).
El plan. Manfrín sostuvo que la arquitecta planificó la construcción de la puerta, sacó las medidas para asegurarla y añadió que los hechos sucedieron cuando la pareja no se hallaba bajo una crisis o en el pleno desarrollo de una discusión que pudiera haber operado como disparador.
El juez estableció que eso implica que fue un hecho meditado por una persona compensada en su psiquis, al menos en el momento de ejecutar el hecho. Eso ratifica la relevancia de los primeros exámenes médicos que definían a la arquitecta ubicada en tiempo y espacio, y con capacidad suficiente para dirigir sus acciones.
Para arribar a ésta decisión el magistrado tuvo en cuenta el conjunto integral de los informes médicos. En efecto, evaluó un estudio de la junta especial de salud mental que constató en la mujer un cuadro delirante de contenido paranoico en curso, pero que no afectó su capacidad para dirigir sus acciones y así exteriorizar la facultad mental de querer hacer su voluntad, contando con posibilidades para actuar y decidir de una manera diferente.
La intención. El fallo también dio enorme relevancia al informe de los bomberos voluntarios de Cañada de Gómez. A través de las explicaciones técnicas se concluyó que el incendio fue intencional. El ventiluz del depósito fue el lugar utilizado para arrojar elementos como telas y algodón, lo que fue ayudado por algún líquido inflamable.
"La mecánica coincidió con la observada por la víctima, tal como fuera declarado, bastando recordar las maniobras que la víctima realizara a fin de evitar que el contenido del balde cayera directamente sobre su cabeza", remarcó el magistrado.
A un psiquiátrico. Tras el hecho, al ingeniero lo trasladaron de inmediato al Instituto del Quemado del Sanatorio Británico de Rosario en estado grave, mientras el entonces juez de Cañada de Gómez, Rodolfo Zvala, ordenó la detención de Virginia Navarro, quien fue trasladada a un hospital psiquiátrico privado de Rosario.
En cuanto a los testimonios relevantes que el juez consideró para el fallo, se cita el del vecino Gastón Pablo Bisconti. Al haber sido alertado por los gritos de Brun, el hombre se dirigió al fondo de la vivienda donde llegó a observarlo en el interior del depósito y vio el fuego escapando por debajo de la puerta cerrada.
Bisconti dijo que mientras el ingeniero gritaba su esposa ingresó al patio con la llave del depósito en la mano. "Al estar la habitación asegurada con llaves aparece razonablemente acreditado al concurrir justamente munida de dicha llave, demostrando extrema frialdad en su conducta", sostuvo el juez.
La conciencia. También dijo el vecino que al rescatarlo oyó decir a Brun: "¿Qué hiciste? Me estás matando en vida", palabras dirigidas a su mujer. "Esto no hace más que confirmar que desde el inicio de los acontecimientos Marcelo Brun supo que la autora no era otra que su esposa", señaló el juez.
"Gastón quiso abrir la puerta y se quedó con el picaporte en la mano porque estaba cerrada con llave; entonces corrió hacia la casa pidiendo auxilio y aparecieron desde la vivienda Virginia y sus padres, ella con la llave en la mano", contó Brun al declarar.
También se consideraron los dichos de sus hermanos Daniel y Germán Brun y su cuñada Marcela Cárdenas, además de su amigo José Luque. Cuando tuvieron contacto con él, Marcelo les dijo que no había sido accidental lo ocurrido, sindicando a Navarro como quien desarrollara el hecho.

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