En la tarde de este lunes, pasajeros que aguardaban el colectivo de las 19 hs. hacia Cañada fueron testigos de un hecho inusual. Al principio abundaron las risas, pero después la preocupación.
Cuando un perro de gran tamaño se acercó a uno de los faroles que está en el cantero central de la terminal de ómnibus, justo a la altura del cartel de Estación Las Parejas, salió espantado por una fuerte descarga eléctrica. Y un perrito de menor porte sufrió la misma suerte cuando se acercó curioso para descubrir lo que le había sucedido al anterior.
A este hecho curioso y risueño le siguió una gran preocupación en todos los presentes porque en ese lugar están permanentemente los chicos jugando. Los faroles suelen ser un arco improvisado para los chicos con una pelota de fútbol, e incluso un mayor puede afirmarse a una de esas columnas.
Por ende, es menester, arreglar ese farol electrificado, para que no ocurra algo mucho más serio y que tengamos que lamentar una tragedia.
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