La revistia Newsweek Argentina, en su edición del 21 de abril pasado publica una nota sobre la violencia verbal, insultos, agravios y discriminación que portan lectores anónimos que infectan la red.
Porque estamos en medio de esta problemática con este blog, tomamos una parte del material, lo publicamos y te pedimos que opines.
Por Pablo Perantuono
Los diarios y medios digitales padecen una crisis de crecimiento. Con su promesa de romper con lo establecido, la cultura 2.0 trajo libertad e igualdad a sus contenidos, pero muy poca fraternidad.
En los últimos tiempos, la participación del usuario, que llegaba para oxigenar la obsoleta relación entre lector y medio, dejó de ser un espacio de expresión y cruce de ideas y se convirtió en un territorio sin paz: un far west violento, plagado de crispación, desmesura y desprecio.
Los diarios on-line se carcomen ante esa encrucijada: ¿qué hacer, cómo controlar algo tan vivo como los comentarios de sus lectores? Los necesitan, claro, porque su presencia es garantía de audiencia y de participación —la nueva religión—, pero todavía no terminan de precisar dónde poner el límite de esa intervención. “Una parte de la Web se transformó en una cloaca de psicópatas anónimos”, escribió Jorge Fernández Díaz, secretario de redacción del diario La Nación.
En un clima social de poca paciencia con el periodismo y con la clase política, Fernández Díaz se sorprendía del octanaje desquiciado de algunos comentarios al artículo que informaba sobre la operación de carótida de Néstor Kirchner. “Viva el ateroma”, decía uno de ellos. Había más, casi todos monopolizados por el clima de batalla maniquea que vive una parte de la sociedad y que se expresa con furia en la web: los “K” contra los “anti-K”. Con iguales dosis de fanatismo y ceguera, los dos grupos tomaron por asalto los hilos de la Red y lanzan allí un arsenal de proyectiles verbales en los que reina la intolerancia. Democrática como es, no es que Internet potenció esta intolerancia: sólo la hizo más visible.
El sitio de La Nación es paradigmático. Un caso reciente sirve como ejemplo. A las 13:42 del viernes 9 de abril el diario publicó que la Cámara de Casación rechazaba el pedido de Marcela y Felipe Noble (hijos de Ernestina) de no cotejar sus muestras de ADN con el Banco Nacional de Datos Genéticos. Treinta minutos más tarde el artículo tenía más de 40 comentarios. A las dos horas, cerca de 200. En total tuvo casi dos mil, distribuidos en 16 páginas, algunos de ellos antológicos y que de ser revelada la identidad de los firmantes no resistirían el escrutinio del INADI.....
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