
Tenía 81 años y se preciaba todavía de ser él micrófono. Poseía una voz privilegiada, personal, difrente...
Se pasó gran parte de la vida, hasta hace algunos años, haciendo locuciones en los eventos más importantes -y no tanto- de toda la región.
Lo vamos a recordar como un modelo a imitar por su profesionalesmo.
Zonda Publicidad fue su reducto: puso palabras y música a las calles del centro cañadense y con el camión sonoro paseo su voz por la región.
Divertido, gruñón, sentencioso...
Lo imagino compartiendo la mesa de un Bar con Roberto Bernasconi, hablando los dos, posiblemente sin escucharse.... cada uno en lo suyo.
Abrazo Santiago y gracias por todo.
LB
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