Este lunes tomó estado público un lamentable festejo de jóvenes estudiantes de Cañada de Gómez en el Salón de Usos Múltiples (SUM) del Parque Municipal de esa ciudad.
Aparentemente una empleada municipal habría solicitado autorización para realizar una reunión que iba a contar con padres de alumnos de Cuarto y Quinto Año del Instituto Razzeto (esta institución educativa no estaba en la organización del evento). Pero la reunión no fue tal como plantearon y terminó solamente con jóvenes en estado de ebriedad, con absoluto descontrol y que provocaron numerosos desmanes.
Paredes pintadas con aerosol, roturas en dormitorios realizados para delegaciones foráneas en ese lugar (para albergarlos cuando van a eventos cañadenses), alfombras vomitadas (versiones indican que hasta las podrían haber defecado), en fin, una serie de desprecios incomprensibles.
La Municipalidad al relevar el estado en que quedaron las instalaciones tomó medidas urgentes y convocó a los que pidieron autorización y a los padres de los menores para hablar de las responsabilidades que ahora deben asumir. Resta todavía evaluar el costo de los daños que deberán afrontar.
Como las despedidas de cuarto a quinto año suelen ser comunes a esta altura del año, se buscará también que eventos como éstos no se repitan en ningún lado. Hay que concientizar a los jóvenes para que sepan divertirse sanamente y sepan valorar lo que se hace con el aporte de todos los vecinos de la ciudad, dijo una voz autorizada desde el Municipio cañadense.
Aparentemente una empleada municipal habría solicitado autorización para realizar una reunión que iba a contar con padres de alumnos de Cuarto y Quinto Año del Instituto Razzeto (esta institución educativa no estaba en la organización del evento). Pero la reunión no fue tal como plantearon y terminó solamente con jóvenes en estado de ebriedad, con absoluto descontrol y que provocaron numerosos desmanes.
Paredes pintadas con aerosol, roturas en dormitorios realizados para delegaciones foráneas en ese lugar (para albergarlos cuando van a eventos cañadenses), alfombras vomitadas (versiones indican que hasta las podrían haber defecado), en fin, una serie de desprecios incomprensibles.
La Municipalidad al relevar el estado en que quedaron las instalaciones tomó medidas urgentes y convocó a los que pidieron autorización y a los padres de los menores para hablar de las responsabilidades que ahora deben asumir. Resta todavía evaluar el costo de los daños que deberán afrontar.
Como las despedidas de cuarto a quinto año suelen ser comunes a esta altura del año, se buscará también que eventos como éstos no se repitan en ningún lado. Hay que concientizar a los jóvenes para que sepan divertirse sanamente y sepan valorar lo que se hace con el aporte de todos los vecinos de la ciudad, dijo una voz autorizada desde el Municipio cañadense.
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