MALEZAS COMESTIBLES

Un grupo de biólogos del laboratorio Ecotono, de la Universidad Nacional del Comahue Bariloche, detectó que en el área existe una gran cantidad de "yuyos" comestibles, con altos valores nutricionales. Pese a su escaso uso en la actualidad, sirvieron como sustento alimenticio desde los orígenes mismos de la humanidad.

Eduardo Rapoport es un investigador reconocido internacionalmente por sus contribuciones en el campo de la ecología. Ha dedicado una buena parte de su vida científica al estudio de las especies invasoras; y desde hace doce años se ha consagrado enteramente a la investigación de las malezas comestibles en la zona de Bariloche.

Preocupado por la incontrolable invasión de especies vegetales exóticas – no autóctonas-, el científico puso en práctica un popular dicho inglés: "If you can´t beat them, eat them", si no puedes vencerlas, cómelas. Como resultado de sus trabajos puso en evidencia que sobre un total de 300 plantas invasoras contabilizadas en el área, 100 de ellas son comestibles.

En una charla en la mañana de Los Protagonistas, el doctor se desplazo sobre este tema "cuanto más agresiva es la maleza, más comestible es. Es algo sorprendente", manifiesto.

El científico publicó un interesante libro sobre plantas comestibles que fue editado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) “Malezas comestibles del cono sur y otras partes del planeta” se trata de 240 especies de plantas colonizadoras o invasoras que son rescatadas de su calificación de malas hierbas para elevarlas a la categoría de valiosos alimentos.
El libro puede ser de utilidad para quienes están en situación de riesgo alimentario, para quienes gustan de un mayor contacto con la naturaleza y, por supuesto, también para gourmets.