El crimen del reportero gráfico fue ejecutado por una banda de policías y delincuentes en enero de 1997. Pinamar fue el escenario donde el 23 de enero de ese año se gestó uno de los crímenes más resonantes de la historia.
El 23 de enero de 1997, según se determinó en el juicio por el caso, un grupo de policías bonaerenses de la Costa Atlántica y una banda de delincuentes comunes realizaban las últimas tareas de inteligencia para garantizar el asesinato del fotógrafo. Finalmente, durante la madrugada del 25, Cabezas salía de la fiesta de cumpleaños del empresario Oscar Andreani, cuando fue interceptado por José Auge, Horacio Braga, Héctor Retana y Sergio González, la "banda de los horneros".
El 23 de enero de 1997, según se determinó en el juicio por el caso, un grupo de policías bonaerenses de la Costa Atlántica y una banda de delincuentes comunes realizaban las últimas tareas de inteligencia para garantizar el asesinato del fotógrafo. Finalmente, durante la madrugada del 25, Cabezas salía de la fiesta de cumpleaños del empresario Oscar Andreani, cuando fue interceptado por José Auge, Horacio Braga, Héctor Retana y Sergio González, la "banda de los horneros".
La banda llevó a Cabezas a bordo del auto que utilizaba para cubrir la temporada hasta una cava situada en un cercano camino rural de la vecina localidad de General Madariaga. En las primeras horas de la mañana, el cadáver del reportero gráfico, con dos impactos de bala en el cráneo, fue hallado incinerado dentro del auto. De acuerdo a la investigación judicial, el magnate telepostal Alfredo Yabrán instruyó a su jefe de custodia, el ex militar Gregorio Ríos, para que le "sacara de encima" al fotógrafo de la revista Noticias que le hacía guardia permanente frente a su residencia Narbay, en la que veraneaba en Pinamar.
Según el expediente, Ríos trasladó el encargo al oficial Gustavo Prellezo, quien convocó para la tarea a sus colegas Sergio Camaratta y Aníbal Luna y a los "horneros", a quienes había llevado a la costa para robar en casas de turistas. De esta manera, los delincuentes oriundos del barrio platense de Los Hornos fueron los encargados de la captura, con la protección de Camaratta y Luna, y Prellezo el autor de los disparos mortales y el incendio del cadáver y el auto.
El juez penal de Dolores a cargo de la instrucción de la causa, José Luis Macchi, resolvió el caso meses después y ordenó las detenciones de todos los mencionados. Todos fueron condenados a prisión perpetua en un juicio oral realizado tres años después, con excepción de Yabrán, quien se suicidó en una de sus estancias de la provincia de Entre Ríos, en el momento en el que la policía ingresaba para detenerlo.
En un juicio oral posterior, fue condenado también a prisión perpetua el comisario Alberto Pedro "La liebre" Gómez, entonces jefe de la comisaría de Pinamar, por haber "liberado la zona" para facilitar el crimen. En la actualidad, sólo quedan en prisión Prellezo, Gómez, Braga y Auge, ya que Retana murió en la cárcel, mientras que González, Camaratta y Luna fueron beneficiados con reducciones de penas y Ríos cumple condena en su domicilio con tobillera electrónica.
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