DE ESPIAS Y MAL APRENDIDOS

Cuando me pongo a escribir esto, el registro de ingresos a este blog marca exactamente 9.555 entradas en el mes y medio que llevamos con este formato en la web.
La verdad, una más que grata sorpresa.
Sabemos que buena parte de las comunicaciones pasarán por la red, pero también sabemos que esto conlleva una maduración que solo se dará con el tiempo. Entendidos en la materia nos hablan de más de un año para que el sitio se posicione definitivamente. Con los números a la vista creemos que el proceso se acelera de un modo tentador.
De hecho, hay una cantidad de códigos que no conocemos y que solo aprenderemos con el paso de los días.
Nuestra experiencia en radio, apegada medularmente a la consigna de escuchar a la gente, nos indica que los riesgos laten permanentemente: los enemigos de la libertad de expresión se agazapan y empiezan el combate desde el anonimato. Agreden a los que opinan respetuosamente en lo que, sin dudas, apunta a desacreditar el medio.
Apelo a los que por momentos son agredidos a que sigan participando, los otros entran y salen, según su cabeza le sugiere o su mandante le ordena.
No es casual que, simultáneamente a la insólita conferencia de prensa del viernes pasado, hayan comenzado agresiones desde la oscuridad: correos electrónicos o chateo hablando de cuestiones privadas que no están en juego en esta historia o insultando sencillamente.
Mal podríamos desde este espacio u otro, preocuparnos por la vida privada de los funcionarios, por ejemplo. Que hacen en sus momentos de osio, que y cuanto vino ponen a la mesa, o cuales son su amistades... definitivamente no son temas que atañen a la sociedad, mucho menos a nosotros.
En el entorno del poder hay gente con malos hábitos en este sentido.
Si los responsables de esta comunidad no tienen nada que ver en esta campaña, le sugiero que busquen en los antecedentes de sus colaboradores más cercanos, aquellos que se dedican a escuchar las radios (la radio,hay una sola que preocupa), ya que han perdido algún trabajo por dedicarse a esas prácticas.
Hay personas respetables de esta sociedad que podrían corroborar lo que digo.
Desde este lugar seguiremos como siempre, escuchando a la gente.

Luis Blanco