Previo a su salto grande a Instituto, juntaba chatarra junto
a su padre para poder subsistir, lo que lo unió sorpresivamente de una manera
con nuestra ciudad, ya que recordó que su familia enviaba chatarra a la firma
Norte de Las Parejas.
En Instituto es donde se ganaría el respeto de todos. Tuvo
dos pasos (2002-2004/2006), en uno fue campeón y dejó muchos recuerdos de goles
importantes, pero sobresalió por sus actos solidarios. Primero sorprendió
cuando una carnicería le donaba dos kilos de falda por cada gol marcado. No
paró de meterla, por eso su historia empezó a recorrer el barrió y enseguida se
sumaron supermercados y almacenes. Un gran gesto del “Lungo” fue dar todo esto,
incluso el premio que cobraba del club, a un comedor para niños carenciados.
Luego su carrera lo llevo a Bolivia, allí los hinchas lo
tienen como un ídolo, y hoy por hoy tiene doble nacionalidad y una hija nacido
en Bolivia. Su deseo era permanecer allí, donde se siente muy feliz. Pero llegó
la gran oportunidad de debutar en Primera División a los 33 años en Argentinos
Juniors. Y no la desaprovechó. Prometió volver, para estar con su familia que
no vino a la Argentina,
y empezó a pagarle con goles la confianza brindada por Ricardo Caruso Lombardi.
Hernán Boyero jugó dos encuentros como titular y convirtió dos goles, el último
más recordado porque se trató de la goleada de Argentinos sobre el gran
candidato San Lorenzo de Almagro. "Yo no soy futbolista, sólo juego al
fútbol", dice Boyero.
Pero el fútbol le dio la posibilidad de estudiar y ser
Martillero y Corredor Inmobiliario, además de entrenador recibido.
Este viernes Hernán muy gentilmente nos atendió y Luis y el
Gringo realizaron una nota que vale la pena escuchar.
Texto: Infobae Edición: Contacto FM
Audio Nota: Contacto FM
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