GENDARMES EN LAS PAREJAS: ENOJO DE FEIN

César Negri, colega, nos hizo llegar esta columna que habitualmente escribe para Las Rosas Digital. Nos pareció interesante y la publicamos, con su autorización:

Indignación, enojo, ira, enfado y un poco más dijo sentir la intendenta de Rosario. En realidad todo eso deberían sufrir los habitantes de Las Parejas, quienes una vez más, y otra vez una socialista, son menospreciados por pertenecer a una ciudad de sangre peronista. Como una adolescente enojada con el padre porque premió a una hermana, pero olvidando todo lo que la madre le regaló a ella, Mónica Fein recriminó la presencia de Gendarmería en esa localidad.

Meses atrás en mi artículo “Todos se peinan para aparecer” analizaba el resultado de la elección parejense. Allí citaba declaraciones de la diputada Alicia Ciciliani quien “desde una ceguera propia de legisladores sin contacto con la realidad” intentaba confundir para ensuciar.

Fein se mostró “indignada” porque el gobierno nacional instaló Gendarmería en Las Parejas sin ser “ni cabeza de departamento”. También señaló que no se hizo un “estudio serio” y que “es más importante quedar bien con un intendente amigo que la seguridad de Rosario”.

No dudo que la ciudad que gobierna merezca efectivos nacionales; tampoco considero inapropiado reclamar por causas justas. Lo que sí genera irritación es la forma mezquina en que se lo formula. 

De sus palabras interpreto que para ella un habitante del interior santafesino vale menos que uno rosarino. Vivir más cerca del campo que del puerto y los shoppings no nos hace de “segunda”, denominación que aún tienen nuestras poblaciones en los repartos de coparticipación.

Rosario recibió en el período 2007-2013 obra pública como casi nunca en su historia. La paliza que el socialismo le dio sus competidores del PJ y PRO en las elecciones de 2011, incluso afuera de los bulevares, es fiel reflejo de la generosidad de la administración Binner. Esos millones de pesos que mejoraron la calidad de vida de sus habitantes fueron combinación de cuatro patas: amistad, necesidad, mérito y gestión.

En todos los casos –nación con provincias, estas con municipios y ellas con vecinos–, las respuestas siempre son más grandes y rápidas cuantas más de esas patas aparezcan.

Desconozco qué opinión tiene la exdiputada sobre la presencia de Gendarmería en Totoras, a solo 60 kilómetros de Rosario. Allí el jefe comunal Nelson Marcolini, radical de pura cepa, trabajó intensamente para lograr la “venia” kirchnerista.Y con este ejemplo una situación que debe observarse. En los últimos 4 años, tiempo que compartieron funciones efectivos nacionales y provinciales, en esa ciudad aumentó considerablemente el índice de delitos en diferentes modalidades.

A modo de resumen citaré tres cuestiones para finalmente plantear una duda. Inadmisible no ver el problema de seguridad que sufre la “Chicago argentina”, mote desde la época de Juan Galiffi cada vez más presente y que recitara Joaquín Sabina. Imposible no reconocer la fluidez con que el Palacio de los Leones llega a la Casa Gris. Evidencias varias que Gendarmería no garantiza tranquilidad.

¿Será entonces que se la pide con tanta vehemencia mediática para que ante cada nuevo hecho delictivo las responsabilidades sean, como mínimo, compartidas? Por motivo sincero o netamente político, lo que debe tener en cuenta Fein & Cía. es que no solo el sur existe, el interior también.